Navegando por un nuevo dĂa
El reflejo en la ventana me indica que es de dĂa, suavemente recorro el brazo por la cama. Por respuesta recibo la caricia de unas sabanas frĂas, donde antes estaba tu mirada solo queda un insĂpido trozo de almohada. DĂ©bil, sabiendote lejos, más lejos aĂşn que la distancia que nos separa, suspiro al pensar en como te escapas. Debilitado por los recuerdos me abandono a la melancolĂa, la tristeza amenaza con nublar este dĂa.
Una sonrisa desdibujada florece en mi cara, como la cálida brisa marina el recuerdo de tus abrazos me envuelve y protege; sĂłlo asĂ se hace llevadero este dĂa. En un acto desesperado miro el telĂ©fono en busca de tu llamada, en respuesta, sĂłlo encuentro mi mirada perdida. Una lágrima recorre mi mejilla, presa del cansancio mi alma da la batalla por perdida. En el silencio de tu ausencia solo el palpitar de mi corazon me recuerda que estoy con vida. Desperezado, me introduzco en el acorazado que me permitirá navegar sin temor de los frĂos tempanos que se cruzan en mi vida. Comenzada la travesĂa, el lejano horizonte se me antoja más pequeño y cercano de lo que fuera. Evocandote me doy cuenta que serĂa más fácil atraparle a Ă©l.
Mi corazĂłn se desgarra al recordar esa mirada tuya en nuestra Ăşltima despedida. Me preocupa con que facilidad omito las batallas perdidas. Ya no sufro, no padezco, no siento, rendido a la fatiga dejo que este velero sin rumbo navegue a la deriva. Quizá sea la marea la que me dirija a buen puerto, quiza sean mis henchidas velas animadas por tus suspiros pequeña mĂa.
Cual rudo pirata intento el abordaje..... Mentira despiadada, no tengo coraje. Quizá si reflexionas podamos quedar en esa delgada linea, donde el sol se baña todos los dĂas. A tu lado me parece un lugar tan cercano que siento que alli estoy esperandote. AdiĂłs navegante errante
Una sonrisa desdibujada florece en mi cara, como la cálida brisa marina el recuerdo de tus abrazos me envuelve y protege; sĂłlo asĂ se hace llevadero este dĂa. En un acto desesperado miro el telĂ©fono en busca de tu llamada, en respuesta, sĂłlo encuentro mi mirada perdida. Una lágrima recorre mi mejilla, presa del cansancio mi alma da la batalla por perdida. En el silencio de tu ausencia solo el palpitar de mi corazon me recuerda que estoy con vida. Desperezado, me introduzco en el acorazado que me permitirá navegar sin temor de los frĂos tempanos que se cruzan en mi vida. Comenzada la travesĂa, el lejano horizonte se me antoja más pequeño y cercano de lo que fuera. Evocandote me doy cuenta que serĂa más fácil atraparle a Ă©l.
Mi corazĂłn se desgarra al recordar esa mirada tuya en nuestra Ăşltima despedida. Me preocupa con que facilidad omito las batallas perdidas. Ya no sufro, no padezco, no siento, rendido a la fatiga dejo que este velero sin rumbo navegue a la deriva. Quizá sea la marea la que me dirija a buen puerto, quiza sean mis henchidas velas animadas por tus suspiros pequeña mĂa.
Cual rudo pirata intento el abordaje..... Mentira despiadada, no tengo coraje. Quizá si reflexionas podamos quedar en esa delgada linea, donde el sol se baña todos los dĂas. A tu lado me parece un lugar tan cercano que siento que alli estoy esperandote. AdiĂłs navegante errante
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