lunes, mayo 08, 2006

Navegando por un nuevo dĂ­a

El reflejo en la ventana me indica que es de día, suavemente recorro el brazo por la cama. Por respuesta recibo la caricia de unas sabanas frías, donde antes estaba tu mirada solo queda un insípido trozo de almohada. Débil, sabiendote lejos, más lejos aún que la distancia que nos separa, suspiro al pensar en como te escapas. Debilitado por los recuerdos me abandono a la melancolía, la tristeza amenaza con nublar este día.

Una sonrisa desdibujada florece en mi cara, como la cálida brisa marina el recuerdo de tus abrazos me envuelve y protege; sólo así se hace llevadero este día. En un acto desesperado miro el teléfono en busca de tu llamada, en respuesta, sólo encuentro mi mirada perdida. Una lágrima recorre mi mejilla, presa del cansancio mi alma da la batalla por perdida. En el silencio de tu ausencia solo el palpitar de mi corazon me recuerda que estoy con vida. Desperezado, me introduzco en el acorazado que me permitirá navegar sin temor de los fríos tempanos que se cruzan en mi vida. Comenzada la travesía, el lejano horizonte se me antoja más pequeño y cercano de lo que fuera. Evocandote me doy cuenta que sería más fácil atraparle a él.

Mi corazón se desgarra al recordar esa mirada tuya en nuestra última despedida. Me preocupa con que facilidad omito las batallas perdidas. Ya no sufro, no padezco, no siento, rendido a la fatiga dejo que este velero sin rumbo navegue a la deriva. Quizá sea la marea la que me dirija a buen puerto, quiza sean mis henchidas velas animadas por tus suspiros pequeña mía.
Cual rudo pirata intento el abordaje..... Mentira despiadada, no tengo coraje. Quizá si reflexionas podamos quedar en esa delgada linea, donde el sol se baña todos los días. A tu lado me parece un lugar tan cercano que siento que alli estoy esperandote. Adiós navegante errante