Querida enemiga
No he podido evitarlo, tenĂa que hacerlo, aquĂ me tienes, escuchandole a Ă©l queriendote conocer a tĂ. Y sin embargo, es a mĂ a quiĂ©n descubro. Una sola canciĂłn basta para entenderme, ya no estoy triste, el domingo se fue y aunque el lunes no te trajo, un tesoro he encontrado. Y todo gracias a tĂ, otra vez...
Quisiera ser menos explĂcito, quisiera ser menos atrevido. Pero no puedo evitarlo, tengo que regalartelos. No puede ser de otra forma, confieso que no sabĂa si estaba preparado, decir lo contrario serĂa mentirte. Pero ante tanta sinceridad quiero corresponder y he aquĂ que te entrego uno de mis tesoros mejor enterrados. Has de saber que me han ayudado, esto que te entrego, pero no los necesito más, quiero desprenderme de ellos. Ha llegado el momento, conocerte me ha echo fuerte. De nuevo la paradoja se cierne sobre mĂ, te ofrezco aquello que me puede herir, pero es tan bonito esto que me haces sentir. Me aterra pensar que carezcan de valor para tĂ, pero siento que te pertenecen, son tantas las cosas que me has arrebatado. No te culpo, soy yo el que he querido interpretar que era de tu agrado. Te pido comprensiĂłn, sin imaginarlo siquiera, te has perfilado como el rostro que tanto tiempo he anhelado. La culpabilidad me embarga, me siento tan vacĂo, a tu lado todo es tan fácil que a veces me olvido. Me olvido de tĂ, para centrarme en mĂ, no deberĂa pero esta sensaciĂłn me vuelve egoista. ÂżPero cĂłmo no serlo? Si me has devuerlto las ganas de escribir. Pero divago...
La inspiraciĂłn de nuevo se escapa, se me agota el alma de ser sincero, pero no renuncio a lo que ya te he entregado. No es mucho, tan solo mis temores, pero significa tanto. Tuyos son, ya no me hacen falta, como un torbellino, mis cimientos has sacudido. Una vez más me sorprendo sonriendo. Gracias. Sinceramente te estoy agradecido, sin tĂ, mi blog carecerĂa de sentido.
Por cada amor que rompes se cae la tinta de un poeta. ;-)
Quisiera ser menos explĂcito, quisiera ser menos atrevido. Pero no puedo evitarlo, tengo que regalartelos. No puede ser de otra forma, confieso que no sabĂa si estaba preparado, decir lo contrario serĂa mentirte. Pero ante tanta sinceridad quiero corresponder y he aquĂ que te entrego uno de mis tesoros mejor enterrados. Has de saber que me han ayudado, esto que te entrego, pero no los necesito más, quiero desprenderme de ellos. Ha llegado el momento, conocerte me ha echo fuerte. De nuevo la paradoja se cierne sobre mĂ, te ofrezco aquello que me puede herir, pero es tan bonito esto que me haces sentir. Me aterra pensar que carezcan de valor para tĂ, pero siento que te pertenecen, son tantas las cosas que me has arrebatado. No te culpo, soy yo el que he querido interpretar que era de tu agrado. Te pido comprensiĂłn, sin imaginarlo siquiera, te has perfilado como el rostro que tanto tiempo he anhelado. La culpabilidad me embarga, me siento tan vacĂo, a tu lado todo es tan fácil que a veces me olvido. Me olvido de tĂ, para centrarme en mĂ, no deberĂa pero esta sensaciĂłn me vuelve egoista. ÂżPero cĂłmo no serlo? Si me has devuerlto las ganas de escribir. Pero divago...
La inspiraciĂłn de nuevo se escapa, se me agota el alma de ser sincero, pero no renuncio a lo que ya te he entregado. No es mucho, tan solo mis temores, pero significa tanto. Tuyos son, ya no me hacen falta, como un torbellino, mis cimientos has sacudido. Una vez más me sorprendo sonriendo. Gracias. Sinceramente te estoy agradecido, sin tĂ, mi blog carecerĂa de sentido.
Por cada amor que rompes se cae la tinta de un poeta. ;-)